La moto es la gallina de los huevos de oro en Isla Española


La escasez de carros de alquiler incrementa la demanda de motos en la Isla de Menorca, en España,, que en algunos casos cuestan los mismo que un utilitario sencillo

F.A.M.

Alquilar una motocicleta o un ciclomotor para moverse por Menorca durante las vacaciones de verano está dejando de ser una opción más económica que el vehículo de cuatro ruedas. Ante la notable reducción de la flota de coches que han llevado a cabo algunas de las empresas multinacionales de coches de alquiler que operan en la Isla y las limitaciones de las empresas locales que, sin margen para incrementar la suya, no pueden dar cobertura a toda la demanda, las motos se ofrecen como un último recurso para los que no se resignan a quedarse sin vehículo.

No obstante, a pesar de este carácter, en muchos casos, de última opción y del evidente diferencial en confort y seguridad de ambos medios de transporte, los precios que se piden no tienen nada que envidiar a los que se pagan por un utilitario sencillo sin aire acondicionado.

Por ejemplo, en una de las empresas que tienen sedes en distintos municipios de la Isla de Llevant hasta Ponent y que también alquila carros, se pedían unos 480 euros del 16 al 23 de agosto por un Fiat Cincuento sin aire acondicionado, a razón de entre 60 y 70 euros al día, mientras que por una motocicleta de 125 centímetros cúbicos se pedían unos 470, más o menos lo mismo. En otra conocida empresa, a principios de julio se pedían por un ciclomotor 70 euros por dos días.

Según puede consultarse en algunas de las páginas web de las empresas, con el mismo dinero que en el mes de mayo o durante el resto del año (excepto parte de junio, julio y agosto) se alquilaba una moto por tres días, entre 60 y 70 euros, en el mes de mayor ocupación de la temporada alcanza a duras penas para uno, algo que sucede en muchos negocios que trabajan de cara al turismo pero que en este caso supone hasta triplicar el precio de un mes para otro.

Además, los modelos escogidos son lógicamente modelos de muy bajo coste en mantenimiento, algo que permite amortizar el precio del vehículo en muy poco tiempo sin grandes gastos en mantener la flota de motocicletas en buen estado.

Ante la situación en la que ha sumido a la Isla el 'plantón' de las grandes multinacionales de coches de alquiler ante los primeros indicios de dificultades económicas y descenso de turistas, alguna naviera ya ha puesto en marcha una campaña para viajar a Menorca con el coche por cero euros.

Los altos precios que hay que pagar en la mayoría de empresas de alquiler por una motocicleta no se corresponden muchas veces con la calidad de los elementos de seguridad pasiva que se entregan a los clientes. Los cascos a los que se tiene acceso por defecto son conocidos popularmente como 'quitamultas', sin protección integral, ya que permiten evitar las sanciones de tráfico pero que en caso de accidente resultan insuficiente a simple vista. Cabe señalar que la mayoría de fallecidos hasta la fecha en las carreteras de Menorca en lo que va de año eran conductores de motocicleta y que, en muchos casos, los visitantes que las alquilan las utilizan para cruzar la Isla de punta a punta por la carretera general.

Tal y como anunció el regidor de Mobilitat del Ajuntament de Maó, Mateu Llabrés, el número de plazas de motocicleta en el centro de Maó, especialmente deficitario en este aspecto, ha ido incrementándose, aprovechando plazas de coche utilizadas habitualmente como aparcamiento de motos (como en el caso de la confluencia de las calles Àngel y Costa d'en Deià, u ocupando plazas linderas con salidas de parkings particulares o similares en las que un coche resta visibilidad y, por lo tanto, seguridad. Aún así, durante los meses de julio y agosto, es habitual ver motocicletas aparcadas en la cuesta hacia Ses Voltes, aprovechando hasta el último espacio que ofrece la línea que separa ambos carriles. El ayuntamiento ha demostrado ser consciente de la problemática y estar tomando cartas en el asunto, aunque en algunos puntos sigue habiendo verdaderas dificultades para aparcar vehículos de dos ruedas.